«Lo no conversado como elemento clave en el Coaching»
Segunda parte: «Lo no conversado» en el coaching de equipos.
Lo no conversado viene también a representar también todos aquellos aspectos o asuntos que no forman parte de las conversaciones entre los miembros de una organización, un departamento, un equipo, una familia, etc. Son conversaciones negadas o prohibidas que pueden representar tabúes dentro de ese sistema, que puede ser la organización, la familia, etc., y que tienen una importante carga emocional. Lo “no conversado” suele sostenerse bajo la creencia que, si lo ponemos encima la mesa y lo hacemos visible, puede traernos problemas. Lo paradójico es que el hecho de no existir conversación alguna al respecto, nos obstaculiza a tener relaciones más auténticas y más sanas con los demás y poder obtener mejores resultados en la esfera de lo personal y en el trabajo.
Estas circunstancias son abundantes en los trabajos de coaching de equipos. Lo que precisamente “no se conversa” en el día a día de los equipos y los departamentos de la organización puede que, precisamente por el clima de confianza creado en la relación del coach y el equipo, emerja de forma como espontánea y natural.
Algunas claves para afrontar esta situación como coaches:
- Apoyarnos precisamente en el propio clima de confianza que ha propiciado ese mismo contexto, para dar espacio a esos asuntos hasta ahora no conversados.
- Tener una actitud abierta, receptiva y de curiosidad, libre de todo juicio.
- No quedarnos atrapados emocionalmente en la posible negatividad del momento.
- No adueñarnos, ni responsabilizarnos del tema en cuestión.
- Explorar la información que hay oculta en la “caja negra” de lo no conversado.
- Orientar el trabajo hacia las fortalezas, aprendizajes, descubrimientos y acciones a llevar a cabo.
- Acompañar al equipo en el desarrollo de nuevas prácticas que faciliten una sana y asertiva confrontación sobre aquellos temas que se tiene tendencia a mantenerse en el silencio.
El coach de equipos debe estar preparado para lo imprevisto y estar abierto y atento a la multiplicidad de situaciones no previstas que en el desarrollo del proceso pudieran surgir. Al mismo tiempo debe mostrarse atento a la emergencia de la negatividad y tener para ello, una afinada resonancia emocional para captar la emocionalidad de los participantes y del equipo.
El resultado de poder acoger estos aspectos “no conversados” es de gran impacto y dan un giro importante en los equipos, pues dejan de representar un obstáculo en la dinámica de las relaciones de sus miembros y fomenta formas de relacionarse más sanas, auténticas y trasparentes.
Puedes leer la primera parte de éste artículo: «Lo no conversado en el coaching de equipos»