El coaching de forma resumida y para el que escribe, es CAMBIO, CRECIMIENTO y FUTURO;

Tres palabras que están presentes en la mayoría de las definiciones que muchos alumnos de coaching de Efic (Escuela de Formación Integral en Coaching) dan cuando terminan su formación y emprenden el camino del coaching profesional.

El coaching es un entrenamiento a una persona o equipo (más que en el plano físico que estaría en el campo de los entrenadores personales deportivos, preparadores físicos, etc., en el plano quizás más emocional, personal o interior de cada persona o equipo) para que alcance un objetivo, desarrolle unas habilidades y/o supere unos obstáculos. Es decir, es una ayuda para que dicha persona, equipo o incluso organización (coachee), pase de una situación actual a una situación deseada.

Coaching, en definitiva, es un entrenamiento para ayudar y acompañar a terceras personas, a equipos, a empresas, y por supuesto también a uno mismo a estar en una situación futura mejor que en la que está en estos momentos.

El coaching en estado puro es la línea propia que ha desarrollado y registrado Efic (Escuela de Formación Integral en Coaching) dentro del mundo del coaching, tras muchos años de experiencia, miles de alumnos, y un know how contrastado, efectivo y productivo.

Concretamente, es un entrenamiento personal en el que una persona (coach), va a ayudar y acompañar a otra persona, a un equipo o a una empresa, (coachee), a alcanzar una meta, mejorar unas habilidades o superar unos obstáculos, aplicando para ello, por una parte, una serie de herramientas procedentes de diferentes disciplinas como la PNL, la neurociencia, la inteligencia emocional, el coaching de equipos, etc. Por otra parte, desarrollando su labor a través de unas competencias personales muy potentes y efectivas (competencias recogidas tanto por la asociación ICF como por Asesco) y concretamente, poniendo mayor foco y un desempeño más exquisito sobre tres: el arte la pregunta, la escucha activa, la presencia. Y, por último, se guiándose por una metodología que facilitará el buen fin del proceso.

El coaching en estado puro, tendrá como fin último, crear conversaciones, conversaciones llamadas inspiradoras o poderosas, que son aquellas que facilitan que el coachee avance hacia su objetivo hasta conseguirlo o llegar a aproximarse al máximo dando su mejor versión.

Dichas conversaciones serán poderosas, cuando la respuesta que el coachee se dé a sí mismo también se pueda catalogar como poderosa, siendo esto, cuando aquél encuentre en su propia respuesta recursos que no tenía antes y que le aporten valor en el camino hacia su objetivo; recursos como, por ejemplo, motivación, toma de conciencia, confianza, autoestima, responsabilidad compromiso y/o acción.

Por último, hay que destacar, que, entre las muchas características del coaching en estado puro, hay tres que adquieren una especial relevancia. Una, que es un coaching no directivo, es decir el nivel de directividad es nulo, o se trabaja para que así lo sea, creyendo firmemente en los recursos propios del coachee y facilitando así una total autonomía presente y futura de este; dos, que es un coaching orientado hacia el futuro, y tres, que es un coaching en el que siempre va a primar la acción por encima de todo.

Es realmente, no sólo una profesión de futuro, sino un espacio inigualable de crecimiento y desarrollo personal y profesional.