Tres razones y una motivación para explicar por qué el coaching, y concretamente el coaching en estado puro, es una profesión de futuro.
Por el mercado de clientes

La primera razón tiene que ver con el mercado potencial de clientes de coaching existente. El coaching puede ser demandado por cualquier persona a nivel individual, por equipos de cualquier índole, y por empresas, independientemente de su tamaño, de su localización y de su sector. Allá donde exista un objetivo a conseguir, una situación deseada a alcanzar es susceptible de desarrollar un proceso de coaching para ello.

Por ser presencial y online

La segunda razón es porque esta profesión se puede desempeñar tanto de forma presencial como de forma virtual, online, en directo y/o en streaming, lo cual da muchísima versatilidad y amplía el número de posibilidades de llegar a múltiples mercados, cercanos y lejanos, con diversidad de lenguajes y de innumerables culturas. Un mundo de posibilidades a los que difícilmente hace unos años se hubiera podido acceder, ni imaginar.

Por la coyuntura actual

Una tercera razón tiene que ver con el momento actual, en el cuál las personas necesitan cada vez más ayuda y apoyo, y las empresas y los equipos requieren de mayor atención, conocimiento, motivación y toma de conciencia. Y es aquí, donde el coaching se vuelve a ofrecer como una más que posible y óptima solución, y aportación, para tales fines.

Una motivación, la pasión

Sí, lo apasionante que es esta profesión por muchos motivos, entre otros más evidentes, concretamente, por los feedbacks, por las opiniones, que los coachees suelen dar después de los procesos o de las sesiones de coaching. No hay nada quizás más bonito que dedicarse a eso que a uno o una le apasione, le guste, y si además, con eso se contribuye a ayudar a personas, empresas o equipos, hace que pocas otras profesiones puedan suponer tanto para quien la ejerce.