John Maxwell habla, en uno de sus capítulos de su libro Las 21 Cualidades Indispensable de un Líder, de los estilos de liderazgo de los políticos William Gladstone y Benjamín Disraeli, coetáneos en la Inglaterra del siglo XIX. Ambos eran reconocidos líderes de la época, aunque mostraban liderazgos muy distintos.

Una joven que tuvo la oportunidad de cenar con ambos en dos noches consecutivas, fue quien pudo descubrir una importante diferencia en su estilo de conversar. Cuando fue preguntaba por la experiencia que vivió, compartió lo siguiente:

Cuando salí del salón después de haber estado sentada cerca del señor Gladstone, creía que él era el hombre más inteligente de Inglaterra. Pero después de haber estado sentada cerca del señor Disraeli, creía que yo era la mujer más inteligente de Inglaterra”.

Me imagino a Glastone, tomando el protagonismo de la conversación, repleto de “yoes” y ocupando el mayor tiempo de la conversación. La joven supo de los hallazgos y sabiduría de su interlocutor, pero Glastone apenas debió saber de la joven y ella, tampoco descubrió mucho de si misma. Es posible que aprendiera de su interlocutor, pero ese aprendizaje, no corresponde a lo que sucede en el mundo del coaching.

En cambio, la conversación de Disraeli debió suceder por derroteros más próximos a lo que entendemos es, una conversación de coaching. La joven no aprendió de Disraeli, aprendió de sí misma, a través de una conversación basada en las preguntas que probablemente el líder le formuló.

Supo de la joven y ella, en ese conversar, sin opiniones, sin sugerencias, ni consejos, ni “yoes”, fue la autentica protagonista. El centro de la conversación fue ella, y sus inquietudes, motivaciones y sueños, así como sus fortalezas y recursos, para alcanzarlos.

Sin duda, el estilo de Disraeli, es un ejemplo de un estilo de conversación propio de coaching.

Escrito por Damas Basté, Coach PCC