Saber cómo ser un buen líder depende de varios factores: constancia, disciplina, compromiso y esfuerzo. Además, hay que trabajar otras habilidades de liderazgo.

Si hay algo importante que debes saber para aprender cómo ser un buen líder en el trabajo, es que los líderes no nacen, sino que se hacen a medida que van ganando experiencia.

Qué es ser un líder

Ser líder significa disponer de una serie de habilidades para dirigir a un grupo, influyendo de forma positiva en él. Para ser un buen líder se necesita tener la máxima educación, respeto absoluto por los demás, motivación en todas las situaciones, tolerancia con los errores de otros y los propios, humildad y paciencia, no solo con el resto, sino también con uno mismo.

Todas estas cualidades pueden ser innatas en esa persona líder, o bien, se pueden aprender si se trabaja de forma constante. Por lo general, hasta los líderes con cierta predisposición a serlo necesitan trabajar para mejorar.

Cómo ser un buen líder en el trabajo

No importa que no seas el jefe o jefa de tu empresa ni dónde trabajes. Estas recomendaciones para un buen liderazgo son muy importantes para desarrollarte tanto personal como profesionalmente. Conseguirás tener a tu disposición nuevas oportunidades y podrás distinguirte de aquellos que no tengan tus mismas cualidades gracias al esfuerzo.

Estos son algunos de los consejos que puedes poner en práctica para ser líder en cualquier ámbito.

Comunícate con claridad y eficiencia

Para ser líder es necesario saber escuchar a tu equipo, incluso cuando lo que tengan que decirte sean críticas. Debemos estar preparados para afrontar los malos comentarios y convertirlos en críticas constructivas. Ahora bien, si quieres aprender cómo ser un líder, también deberás expresarte de una manera clara y concisa para llegar a todos y que no haya malentendidos.

Conoce tus fortalezas y debilidades

No podrás ser un buen líder si no te conoces a ti mismo. Deberás analizarte para conocer tus fortalezas y debilidades, es decir, para saber de qué eres capaz y dónde están tus limitaciones. Y serán precisamente tus fortalezas las que deberás aportar al equipo para crecer juntos.

Igualmente, cuando sepas que no eres bueno en algo, no debe de darte miedo reconocerlo para que otros puedan trabajar en esa labor. De esta manera, aprenderás de ellos y viceversa, y todo el equipo de trabajo saldrá reforzado. Recuerda que las debilidades no son un problema. Lo grave es no frenar a tiempo y no saber delegar en los demás para cumplir los objetivos comunes.

Sé un ejemplo para los demás

Si quieres convertirte en un ejemplo para el resto y que sigan tus pasos, no habrá mejor forma de hacerlo que a través de tus actos, que deben ser congruentes con lo que dices y piensas. Además, también es muy importante cuidar la primera imagen, ya que solo hay una oportunidad para establecer tu imagen de liderazgo.

Aprende a controlar tus emociones

Trabajar la inteligencia emocional es muy importante para saber cómo ser líder de un grupo. Manejar las emociones en los momentos más difíciles y no perder la calma ni la compostura en ningún momento hará que el resto del equipo también pueda salir adelante.

No tomes decisiones basándote en tus reacciones, sino en el racionamiento. Lo mejor es pararse un tiempo y reflexionar, y solo cuando se está seguro del todo es cuando mejor se toman las decisiones finales.

Ten humildad

Aunque se nos olvide la parte humana en el liderazgo, la única forma de ser un buen líder es ser buena persona. Sin esto, difícilmente se podrá cumplir con las obligaciones de liderazgo de forma correcta. La humildad y la entrega a los demás deben estar siempre por encima de todo. Ten muy presente que en el liderazgo lo único que importan son los resultados, no el poder ni las apariencias.

Muestra cercanía

Sé un líder cercano y que transmita confianza para que los demás puedan acceder a ti sin miedo cada vez que lo necesiten. Ahora bien, mostrar cercanía no significa que debas de ser así con todo el mundo, ya que podría haber personas que confundan tu amistad y se aprovechen de la situación.

En cualquier trabajo, el jefe debe diferenciar muy bien una relación profesional de una personal, ya que en muchas ocasiones se cruza esa delgada línea y los problemas de liderazgo suelen aparecer tarde o temprano.

Asume tus errores

Si te equivocas, sea el error que sea, no tengas miedo de asumirlo. Aprender de los errores es necesario para seguir creciendo y convertirte en un mejor líder gracias a la experiencia adquirida.

Ahora bien, tampoco te castigues ni seas muy cruel contigo mismo por haber cometido un error. Piensa que todos nos equivocamos y que la única forma de no volver a equivocarte y tropezar con la misma piedra es corrigiendo todo lo que hizo que fallaras.

Acepta la incertidumbre

Cuanto antes te des cuenta de que no puedes controlar todo lo que ocurre en tu vida y en tu negocio, antes te convertirás en un buen líder. Recuerda que, como hemos mencionado anteriormente, puedes controlar tus emociones, pero siempre las situaciones.

En situaciones difíciles solo te queda mantener la calma y tomar la decisión que consideres más acertada en ese momento. Confía en ti y en todo tu equipo, y permite también que cada uno desarrolle su labor de forma independiente y tome las decisiones que le correspondan.

Cuida el ambiente de trabajo

Un buen líder jamás tiene a alguien favorito en su equipo de trabajo. Para un buen jefe o jefa, todos son iguales y debe trabajar para que todos crezcan a la vez. Tener a un preferido o preferida solo creará resentimientos. Trata a todos los miembros por igual, es decir, con el mismo respeto, pero tómate tiempo también para conocer a cada uno de forma individual y, saber de esta manera, qué necesita cada persona para poder ver resultados.

Cultiva las relaciones con los demás

Como es normal, durante todo el tiempo que seas líder habrá personas que se marchen por diversos motivos y también llegarán personas nuevas. Hay que evitar perder el contacto con estas personas que te aportaban algo positivo, ya que nunca hay que cerrar las puertas de manera radical. Nunca se sabe si vas a necesitar a esta persona o si ella te va a necesitar a ti.

Busca tiempo para lo importante

En ningún caso te puedes permitir utilizar la frase «ahora no tengo tiempo» cuando se trata de algo verdaderamente importante. Aprende a distinguir lo importante de lo urgente, y busca el tiempo de donde sea para dedicárselo a lo que de verdad lo requiere.

 

Como conclusión, ser un buen líder es un proceso que nunca se deja de aprender y en el que hay que poner todo el empeño. La mejor forma de crecer y desarrollarse es aprender de los demás y permitir que los demás aprendan de nosotros.