La vida está llena de sucesos inesperados, y muchos de ellos aparecerán para ponernos a prueba, es decir, son obstáculos que debemos superar cueste lo que cueste. La muerte de un ser querido, una grave enfermedad o una ruptura pueden hacernos flaquear en cualquier momento de nuestra vida.

Sin embargo, en situaciones como estas, tenemos que sacar fuerzas de donde no las hay, y preguntarnos: «¿Cómo puedo yo superar esto?». Cuando parece que esa circunstancia está a punto de vencernos, nosotros somos más fuertes y conseguimos salir adelante. Este es el significado de ser una persona resiliente.

Qué es ser resiliente

La resiliencia es la capacidad del ser humano para asumir de manera flexible ciertas situaciones negativas para, al final, no solo sobreponerse, sino también salir fortalecidos de estas situaciones y crecer. Gracias a la capacidad de resiliencia conseguimos superar crisis y situaciones muy traumáticas; y es algo que cada vez se trabaja más en las terapias psicológicas.

Cómo actúa una persona resiliente

Las personas resilientes ven la vida de una manera muy diferente a las que no tienen esta capacidad, ya que son personas positivas y entienden la vida como momentos buenos y malos, y saben que estos últimos llegarán tarde o temprano.

Después de leer estas líneas, es posible que hayas pensado en esa persona cercana que, a pesar de haber sufrido situaciones graves en su vida, siempre tiene una sonrisa en la cara y llama la atención por su buen humor a pesar de su enfermedad o sus problemas económicos. Así es cómo actúa una persona resiliente y es fácil reconocerlas por su gran fortaleza.

Cómo ser resiliente: hábitos que te ayudarán

La resiliencia no es una cualidad innata y se puede trabajar, es decir, todos podemos ser resilientes en mayor o menor medida si ponemos el empeño suficiente. Mientras algunas personas han tenido un referente para ser resilientes; otras han llegado a la resiliencia aprendiéndola por otros medios.

Estos son algunos hábitos que puedes poner en práctica desde ahora mismo para trabajar tu resiliencia:

Ver la vida de una manera más realista

Centrarte en lo positivo que tiene la vida y disfrutar de estos momentos, teniendo muy presente que también existen malos momentos, es fundamental para desarrollar la resiliencia. De esta manera, por muy duro que haya sido tu día, siempre te irás a dormir valorando lo bueno y pensando que el día siguiente puede ser mejor.

Confiar y creer en ti

La seguridad en uno mismo es otra de las características de las personas resilientes. Para trabajar tu resiliencia, tienes que confiar en ti y en todo lo que eres capaz de hacer, y no perder de vista tus objetivos si de verdad quieres cumplirlos.

Ser consciente de tus capacidades y limitaciones

El autoconocimiento es una gran arma para enfrentar las adversidades. Cuando sabes cuáles son tus fortalezas y también tus defectos, podrás definir mejor tus objetivos teniendo en cuenta no solo tus sueños, sino también los recursos de los que dispones para cumplirlos.

Intentar controlar tus emociones

Controlar las emociones no es nada fácil y hay que poner mucho esfuerzo, pero cuando finalmente se consigue, las tensiones y el estrés van amainando. Sin embargo, algo muy diferente es controlar las situaciones, que es algo imposible y no depende de nosotros, por lo que luchar contra algo que escapa de nuestro control no tiene mucho sentido.

Aceptar los cambios

Asumir la vida como nos viene no quiere decir que tengamos que ser conformistas, sino que hay que adaptar nuestros planes a los cambios que vayan surgiendo. Las personas resilientes no rechazan el cambio, sino que lo aceptan e intentan sacar siempre lo mejor de estas nuevas situaciones que se les presentan, sin obsesionarse por llevar a cabo los planes iniciales ni aferrarse a un único camino.

Entender las dificultades como una oportunidad para aprender

Las personas con una resiliencia desarrollada saben ver las situaciones dolorosas como una oportunidad que les ha dado la vida para aprender y seguir creciendo personalmente. Un buen truco que no falla es tener muy presente que esos momentos no durarán para siempre y que de nuestra reacción y nuestra forma de afrontar esas situaciones dependerá nuestro futuro.

Luchar por tus objetivos

Ser flexible no quiere decir que tengas que renunciar a tus metas y objetivos, sino todo lo contrario. Aprovecha todo lo que te ofrece la vida para poder cumplir esos sueños y no abandones a pesar de las dificultades. Recuerda que la motivación es clave para conseguir lo que te propongas.

Usar el humor como terapia

Uno de los principales rasgos de las personas resilientes es su buen sentido del humor. Y es que utilizar el humor y la risa es una buena forma de luchar contra la adversidad y los problemas para ser un poco más felices y afrontar la vida de una forma más positiva.

Buscar ayuda cuando sea necesario

A muchas personas les cuesta muchísimo pedir ayuda a otros cuando más lo necesitan, sobre todo cuando están pasando por un suceso potencialmente traumático. Sin embargo, superar un problema en solitario a veces es mucho más difícil y es algo que las personas resilientes saben muy bien. La resiliencia pasa por entender que no somos perfectos y que a veces necesitamos ayuda. Esto no nos hace débiles, sino que nos ayuda a crear una red que nos aporta seguridad y confianza para afrontar cualquier reto.

 

En resumen, ser resiliente es una habilidad muy importante en el ser humano, tanto para la persona que posee esta capacidad como para los que la rodean. La resiliencia se trabaja día a día, y aunque al principio no sea fácil, es algo que irá formando parte de ti hasta convertirse en una característica más.