Referirnos a la PNL es referirnos a un mundo en el que todo ser humano está inmerso, el de la propia experiencia de vida, la manera única que cada persona tiene de manejarse en la vida.
Diversos estudios afirman que, desde que se inicia el recorrido vital, cada ser humano empieza a recibir millones de estímulos por segundo, aunque solo alcanzamos a tener conciencia de menos del 5%. Sin embargo, parece que nuestra neurología registra todos esos estímulos, todos esos datos, y los graba.
Cada persona recorre un camino único de experiencias. Se hace muy difícil pensar, por no decir imposible, en dos recorridos exactamente iguales. Como se indicaba anteriormente, esas experiencias quedan registradas en nuestra neurología. Esas grabaciones, conscientes e inconscientes, configuran el “banco de datos e informaciones” a través de las cuales percibimos, pensamos, sentimos y nos comportamos.
Aprender y practicar PNL supone darse cuenta que cada persona es un universo único; supone aprender y conocer qué comprende y cómo se ha conformado cada universo humano, el de cada persona: tu universo humano también. Aprender y conocer PNL significa profundizar en la maravillosa especificidad de cada ser humano, en “bucear” en esa manera única de percibir e interpretar la realidad que cada persona presenta.
También conlleva sumergirte en tu propia manera de experimentar la vida; conocer más sobre los patrones/modelos/aprendizajes que guían tu caminar por la vida facilita y favorece la toma de conciencia de cómo cada persona ha pasado por un proceso similar y, a la vez, único.
Tomar conciencia de ello hace más sencillo poder desarrollar una calidad de vida más sintonizada con tu ser. Tomar conciencia de ello puede facilitarte contemplar a cada persona con un ángulo mucho más amplio y comprensivo, incluida tú misma, incluido tú mismo. Tomar conciencia de ello posibilita que puedas desarrollar más y con mayor calado tus competencias como coach/acompañante al cambio.
Pasar por las experiencias que se proponen en, por ejemplo, un Practitioner significa poder comprender mejor cómo se conforman los aprendizajes de cada persona, cómo se recogen en nuestra biología y cómo podemos observarlos a través de la “lingüística”; significa ampliar la manera de observar el funcionamiento de las personas, enriqueciendo la gama de matices y “programas” con que experimentar la vida de uno mismo y, si es el caso, la de las personas a quienes se acompaña.
De alguna manera, el aprendizaje y práctica de PNL supone ampliar la cantidad y calidad de opciones disponibles a través de las que experimentar la propia vida, para vivirla con mayor plenitud y bienestar y, también, facilitar ese mayor número de posibilidades a las personas que nos rodean.