En el mundo profesional y del liderazgo corporativo comienzan a tomar mayor relevancia las SOFT SKILLS (literalmente “habilidades blandas”). Haciendo referencia a las habilidades sociales que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida y que permiten a las personas y a los equipos integrarse con éxito en cualquier entorno profesional y conseguir mejores resultados cualitativos y cuantitativos.

Las Soft Skills son una apuesta de valor en las organizaciones que se complementan con las llamadas ‘hard skills’ (habilidades duras). Es decir, aquellas que la persona necesita para desempeñar su trabajo y que se adquieren en los años de formación y experiencia profesional.

Estas habilidades son transversales a cualquier carrera profesional. Las Soft Skills son el conjunto de características que nos hacen destacar como excelentes profesionales. Son los talentos que hacen que sepamos comunicar correctamente, dirigir un grupo de personas, solucionar un conflicto entre colaboradores o equipos o saber motivar y realizar una escucha activa, haciendo así, que el profesional sea un punto de integración en la empresa aportando valor a la misma.

Estas habilidades son clave también en el desarrollo personal y profesional de personas y equipos de trabajo que aplican metodologías ágiles. Favorecen una mayor adaptación y eficacia en los proyectos que realizan, consiguiendo mayor flexibilidad e inmediatez en la respuesta para amoldar el proyecto y su desarrollo a las circunstancias específicas del entorno cambiante. Asimismo, favorecen un mayor compromiso, responsabilidad, motivación y autogestión en los mismos.