Un encuentro que merece un GRACIAS
Han pasado casi ya 10 años desde que nos viéramos, desde que nos conociéramos por primera vez, de oídas, que nos investigáramos para al final conocernos en persona.
Recuerdo como fue el primer encuentro, mejor dicho, como fue el día que íbamos a encontrarnos.
Subía hacia Madrid en coche y a medio camino una gran nevada cubrió Madrid, alrededores y carreteras. Como consecuencia una nevada histórica y carretera cortada una vez ya había recorrido 300 km y la invitación a volverme a mi casa con el cansancio y el gasto (sobre todo con el gasto económico en aquel momento) ya realizado y sin nada a cambio.
¡¡ No empezamos bien pensé yo!!
Tuvimos que esperar hasta el siguiente fin de semana para conocernos personalmente.
Recuerdo ese primer encuentro contigo, quizás un poco frío por mi parte, o más bien desesperado sin querer reconocerlo en aquél momento y que hoy con perspectiva lo reconozco, donde te dije cuáles eran mis expectativas y que pasaban por encontrar un medio de vida, una profesión que me permitiera salir de esa otra situación no deseable si bien enriquecedora como es el desempleo, y que me ayudara a seguir construyendo un proyecto y carrera profesional que en esos momentos se había parado tras 12 años ininterrumpidos.
Es cierto que me dijiste que tuviera paciencia, que encontraría lo que estaba buscando y que todo dependería de mí, de lo que me implicara, de lo que me comprometiera, en definitiva, de mi actitud ante lo que había de venir, si bien, en aquel momento no adiviné el calado de tus palabras y que hoy sí que cobran sentido y magnitud.
Fueron meses de altibajos, de compartir con personas que nunca hubiera creído encontrarme y re-encontrame (mentores del pasado que por desgracia no estaban ni están entre nosotros) para al final darme cuenta de que donde me estabas llevando (sí, cierto, acompañando) era a un lugar por tan desconocido como apasionante que nunca hubiera ido sólo. Me llevaste, bueno, me acompañaste a descubrirme a mí mismo, y a tomarme como punto de partida para todo lo que tendría que venir después.
Han pasado 10 años, y aún sigues acompañándome como el primer día, con tu paciencia y sabiduría, con tu destreza y tu simpatía, con tu generosidad y tu ánimo.
Diez años en los que ha habido momentos para todo; para sentir miedo, vértigo, impotencia, cansancio, frustración, vergüenza, y un sinfín de enseñanzas disfrazadas en emociones brutales. Ahora bien, también ha habido momento que han conformado y que conformarán mi historia, momentos de alegría, pasión, generosidad, agradecimiento, exploración, amor, amistad, y un sinfín de enseñanzas disfrazadas también en emociones brutales.
Y hoy te escribo para decirte que te quiero dar las GRACIAS, las gracias por aquel encuentro, por tu compañía y por el foco que me ayudas a tener en todo momento en esta mi vida profesional y personal.
Gracias Coaching, gracias Coaching en Estado Puro, gracias universo y mundo del crecimiento personal y profesional por haberme encontrado o por haberme buscado, …, ya que hoy tras alcanzar uno de mis sueños profesionales como coach, llegar a esas siglas inalcanzables hace un tiempo de MCC, seguimos construyendo un sueño y seguimos generando espacios de crecimiento.
Y también quiero dar las GRACIAS y mi reconocimiento a todas las personas que nos han acompañado en esto diez años, a los alumnos y clientes que hemos conocido y/o a los que te he presentado, a los colaboradores que hemos tenido la suerte de encontrar para llegar un poco más allá de nuestros propios límites, a unos socios de camino que han querido con su generosidad ser parte de todo esto, siendo altavoces allá donde están, y por último como no, a esas personas que han depositado y que están depositando su empeño en construir conjuntamente un sueño ya común y que forman parte de nuestro universo, del universo Efic.
Apasionado del Coaching en Estado Puro, del crecimiento personal y profesional.
Coach MCC.