En un mundo, el del coaching, el cuál ha crecido a un ritmo importante los últimos años, es fácil pensar que la aparición de distintas filosofías o enfoques de coaching por parte de las fuentes o escuelas que lo promulgan es un hecho recurrente y probablemente normal.

Cada escuela, entiendo sin perder de vista las líneas maestras de tal disciplina, desarrolla una praxis determinada de coaching, y un enfoque seguramente en algunos casos diferenciador, que sin duda permitirá poder afirmar que a pesar de hablar de coaching, realmente haya diferencias entre ellas.

En esa línea, desde hace tiempo en Efic (Escuela de Formación Integral en Coaching) venimos observando que no sólo el hecho de poseer las acreditaciones y certificaciones de Asesco y de la ICF, en su categoría ACTP y ACSTH, ha derivado en tener un sello de calidad y de alineamiento hacia una forma de entender y ejercer el coaching, concreta, sino que sentimos que hay elementos y factores propios del universo Efic que se añaden a los preceptos de ambas asociaciones y que hacen que podamos hablar de un estilo o espíritu propio del coaching en Efic.

Es a este estilo o espíritu al que hemos denominado Coaching en Estado Puro, un coaching con unas características específicas, seguramente no exclusivas, si bien en su reunión y aglutinamiento sí puede plasmarse un ADN muy concreto, particular y podríamos decir distintivo de Efic.

Tal como viene plasmado en el manual de la propia Certificación en Coaching en Estado Puro, este se define como “un entrenamiento personal y confidencial en el que una persona (Coach) ACOMPAÑA a otra, a un equipo o a una organización (Cliente o Coachee) a pasar de una situación actual a una situación deseada, a través de una metodología concreta, diversas herramientas (procedentes de distintas disciplinas) y con la aplicación de una serie de competencias entre las que destacan el arte de la pregunta, la presencia y la escucha activa, generando para ello espacios de crecimiento, en el marco de conversaciones poderosas entabladas entre ambos, con el objetivo de facilitar la aparición de motivación, toma de conciencia (especialmente), autocreencia (autoestima y autoconfianza), responsabilidad-compromiso y Acción. Será el coachee quién determinará si la pregunta del coach es poderosa, al regalarse así mismo una respuesta poderosa (la que le facilita un acercamiento a su objetivo)”.

Destaca por ejemplo, entre los 7 pilares que lo cimientan, el uso del Método Socrático como principal herramienta-competencia (el uso del arte de la pregunta), la no directividad en el proceso y la asunción de las competencias de la ICF/Asesco, poniendo el foco especialmente en la PRESENCIA, la ESCUCHA ACTIVA y el ARTE de la PREGUNTA mencionado anteriormente.

La obtención por parte de los alumnos (procedentes de Madrid, Sevilla, Barcelona, Valencia, Bilbao, Badajoz, Vitoria-Gasteiz, Tenerife, Pamplona, Alicante, Palma de Mallorca, Las Palmas, Córdoba, Granada, San Sebastián, Burgos, Málaga, Bogotá, Ciudad de México, Miami, Guayaquil,…) del ACTP del Curso Experto en Coahing Personal y Ejecutivo, nivel excellent de Efic les permitirá certificarse como “Coach Certificado en Coaching en Estado Puro”, lo cuál será la equivalencia de un estilo de ejercicio de coaching y una manera de entender y vivir el coaching.

Buen viaje!

Pedro Marcos

Socio-Director Efic