Aunque la palabra coaching empieza a formar parte de nuestro vocabulario más habitual, no significa quede claro en qué consiste realmente. Lo sorprendente es que no tener muy claro qué significa, sea un obstáculo para hablar de coaching. Además, el coaching, se asocia a algo que al parecer está de moda y todo eso hace que se den al concepto de coaching, significados muy dispares, confusos e incluso contradictorios.

El profesional del coaching, llamado coach, no es un asesor, no recomienda, ni aconseja, ni da soluciones al cliente que puede ser una persona, equipo u organización. Tampoco define las metas del cliente, ni el camino a seguir. No dice lo que hay que hacer, ni cómo hay que hacerlo. No decide por el cliente. Llegados a este punto, el lector puede preguntarse; ¿pero qué hace entonces un coach?

El coach crea conversaciones que despiertan y liberan lo mejor del cliente, sus mejores habilidades y capacidades. La teoría y metodología aplicadas facilitan a través de estas conversaciones que la persona diseñe sus objetivos y su plan de acción. El trabajo del coach es estimular y facilitar a que el cliente encuentre, dentro de sí mismo, las respuestas que le permitan crear nuevas opciones en su vida personal y/o profesional.

El coach crea conversaciones que despiertan y liberan lo mejor del cliente, sus mejores habilidades y capacidades.

El cliente no aprende del coach, aprende de sí mismo, estimulado por el coach. El coach desafía y cuestiona respetuosamente las creencias y modelos mentales que limitan la consecución de sus objetivos. El cliente descubre en las sesiones de coaching nuevas formas de ver el mundo y formas actuar más efectivas. El coach no se detiene en sus conversaciones en el pasado y en los errores. Se centra en el presente y se orienta al futuro, y con este fin, invita al cliente a llevar a la acción los aprendizajes descubiertos. Las sesiones de coaching se desarrollan siempre en un contexto de respeto, confianza y confidencialidad.

La conversación del coach facilita que la persona identifique unas metas y objetivos y la impulsa a utilizar sus fortalezas en la consecución de esas metas. Además de los objetivos diseñados, que orientan el proceso de coaching, el resultado más extraordinario en un trabajo de coaching es que el cambio en los modelos mentales y creencias del cliente le llevan a incorporar además de nuevas acciones, a crear una nueva forma de observar su vida y sobre todo verse a sí mismo y en consecuencia a una nueva forma de estar y sobre todo Ser en el mundo. El coaching cuida que el cliente conecte en las sesiones de coaching con lo que genuinamente es importante en su vida. Aunque en coaching se tiene en cuenta los objetivos, su trabajo gira alrededor del ser como punto de partida y eje permanente del proceso de coaching. Este enfoque puede chocar incluso con nuestros paradigmas culturales más tradicionales focalizados en los resultados, es decir en el tener, llegando en ocasiones a despreciar o ignorar el Ser.

El coach en su conversación facilita por un lado, que la persona se focalice en nuevas acciones y posibilidades y por otro lado, facilita que el cliente mantenga su atención a que precisamente esas acciones y metas, estén estrechamente relacionadas con lo que para él es profundamente y realmente importante: su SER.

Damas Basté
Docente Certificación Excellent en Coaching.