Granada es una ciudad cosmopolita, con un vasto legado artístico y cuna del conocimiento desde tiempos pretéritos. La historia le concede el privilegio de ser punto de encuentro de pueblos que han ido dibujando distintas influencias hasta convertirla en lo que es hoy. Este pasado le confiere una identidad tolerante y comprensiva, de soberbio interés hacia lo diverso, e incluso entusiasta con los ritmos cambiantes de estos tiempos en los que, a velocidad de vértigo, van emergiendo nuevos matices para esta sobrecargada realidad de accesorios inútiles y vacuas horas de televisión. Granada es una ciudad inquieta que se apasiona por la cultura, que hace de sus plazas y estrechas calles  pequeños escenarios improvisados para músicos y actores, respirando ese aspecto simbólico de la vida que es el teatro, el cine, la música o la danza.

 

Pero Granada también es un espacio abierto al talento y a la creatividad, a la innovación y a la investigación científica, y se reconoce como uno de los centros universitarios de prestigio internacional. En este sentido, ofrece un relevo a su pasado acogiendo en armonía al crisol de nacionalidades que representan sus estudiantes universitarios, emisarios influyentes y activos responsables de la riqueza inherente que conlleva la diversidad en convivencia.

 

Y es en este singular contexto donde empieza a crecer un proyecto, donde se va modelando en forma y contenido una idea, donde el esfuerzo de un equipo pone nombre a un sueño: Delegación EFIC Granada.

 

En este primer año, hemos aceptado el reto de difundir un concepto de coaching en estado puro, con la esencia propia de EFIC, y ofrecer espacios de crecimiento a todas aquellas personas con inquietudes hacia el desarrollo personal y profesional. Además, hemos consolidado nuestra labor investigadora con distintos proyectos en la Universidad de Granada, pero sobre todo, hemos hecho accesible el coaching a personas, entidades y organismos sin tradición en esta disciplina. Es en estos ámbitos, donde EFIC está abriendo una puerta pionera que nos permite crecer con el arte de preguntar, con nuestra forma de entender el coaching, con esa mayéutica socrática de los tiempos modernos que, sin duda, aún conserva toda esa fuerza que nos permite edificar con pasos firmes en la dirección de nuestros sueños.

 

El coaching de EFIC ha llegado a Granada… para quedarse, para transitar entre sus calles y enamorar a sus gentes, para contemplar atardeceres desde sus miradores y aportar al entorno otro punto de vista seductor sobre el crecimiento de las personas, sobre cómo dejar salir con sabia mesura el potencial que todos llevamos dentro.

 

 

José María Molina

Director de Proyectos I+D+i EFIC

Socio Delegado EFIC Granada